[Ensayo] Lima, de ciudad jardín a ciudad enrejada



“Un buen día el hombre se hizo sedentario. Abandonó los caminos perdidos y construyó su casa. Otros hombres lo acompañaron. De pronto, fueron muchos. Tantos. Las casas se levantaron una al lado de otra, hasta que, tal vez asfixiados, decidieron distribuir mejor los espacios libres que iban quedando. Aparecieron, entonces, las plazas, luego los parques, después las alamedas…”

Fuente: El Comercio Pg. Lima 26/03/06




Introducción

Los espacios públicos son de interés social y general… personalmente siento que estos espacios de interacción se ven cada vez mas abandonados y reemplazados por espacios privados o semi-privados que no solo se generan para un cierto grupo de individuos sino que crean un clima de tensiones y una cadena de consecuencias que veremos en el presente trabajo.

Tengo la suerte de pertenecer a una familia que me ha inculcado la costumbre de la observación, costumbre que considero primordial sobre la de tan sólo mirar. Gracias a esto, uno se da cuenta, y desde pequeña, como Lima ha ido cambiando y cómo poco a poco se han ido convirtiendo los jardines en cemento.

Todos los domingos, desde que tengo uso de razón, salimos a almorzar fuera de casa, supongo que para que mi madre descanse de sus faenas culinarias, pero en parte para conocer un poco más de la gran Lima (Ésta rutina la tenemos fomentada también a un nivel macro al hacer viajes al interior del Perú… habiendo conocido hasta la fecha las 24 regiones)

Paseamos desde chorrillos hasta callao y tratamos de ir por rutas que no conocemos y bajar en lugares nuevos. Esto me ha dado una amplia perspectiva de lo que es Lima, claro está que nunca se llega a conocer del todo un lugar, así que prefiero llamarla sólo “una cara de la moneda”.

¿Qué es un espacio público? ¿Existió alguna vez el espacio público? ¿El espacio público ha muerto? ¿Es una expresión actual de poder? ¿El miedo, la inseguridad, las sospechas, están marcando cada vez más las interacciones sociales?

Son preguntas que uno se plantea… y que generan el propósito de la investigación.

Yo soy san borjina, y no niego que existen numerosas áreas verdes y parques en el distrito, pero mi “crítica” no va a la cantidad ni a la calidad de los espacios, ya que se encuentran en un muy buen estado; más bien esta breve reflexión se encuentra ligada a la serie de restricciones, por parte de los municipios, que privan al ciudadano de cierta interacción con la naturaleza… aunque ésta sea una naturaleza artificial…

Los espacios públicos están siendo pensados como lugares de contemplación, “esculturas” naturales que adornan a la ciudad y no como espacios vivenciales ni de gozo público. No existe una cultura de paisaje natural, sino de un espacio transformado, y seguimos anclados a esa estética que se termina por convertir en el patio trasero de la ciudad, algo que ocultar, o peor aún, algo que poco a poco se hace necesario enrejar para conservar.

Ésta es la razón, la reflexión que dio rumbo a la decisión por el tema de los espacio públicos, por conocer más acerca de un tema de suma importancia, no sólo por la contaminación y el tema ambiental detrás de los parques (que de por sí ya es un tema complejo y aparte), sino por el tema vivencial, el intercambio de energía y el desarrollo del ejercicio de habitar en la ciudad, el de escuchar y ser escuchado.

Lamentablemente no se puede dejar a un lado el tema cultural. Los municipios, las comunidades y las personas se ven obligadas a “enrejarse” y restringir el ingreso no sólo vehicular, sino también peatonal a ciertos espacios por motivos de seguridad, delincuencia y algunas veces paranoia.

Niños y jóvenes, adultos y hasta señores de tercera edad, se ven expulsados - y no es solamente un decir, porque he sido una observadora más de éstas usuales acciones - del césped, por estar caminado en un terreno prohibido para el desenvolvimiento de la vida misma, por ser un espacio “eliminado” del posible contacto físico, para convertirse en una escultura natural con sólo colocarle el cartel “Prohibido pisar el pasto”.

Para nuestro desarrollo como personas necesitamos caminar, ver gente, estar con gente; y la ciudad debe tener ciertas características que propicien y faciliten ese contacto con otros.Una ciudad es sóloun medio para una manera de vivir”, como dice Jan Gehl en su libro La Humanización del Espacio Urano,y es cierto, y ese medio tiene que fomentar una mejor manera de vivir, una manera más feliz de vivir.

El uso de la calle se encuentra cada vez más restringido, y ejemplo de esto son las rejas, que actualmente se usan indiscriminadamente. El inicio de ésta “moda” surgió en la época de los atentados terroristas, y “hoy se ha multiplicado en la ciudad en nombre de la seguridad (Pablo vega-Centeno “Lima: espacio público y ciudad sostenible”). Los estratos medios y altos son los encargados de tal cerramiento, y es en estos sectores de la población donde se encuentran rasgos más específicos de la falta de interés que demuestran por utilizar y participar del contacto plurisocial en el espacio público. Su desarrollo “social” se verá entonces definido como una ciudad comprendida como flujo vehicular, centros comerciales y lugares de carácter privado o semi-privado. De esta forma, la ciudad de Lima se asemejará, para buena parte de esta población, a la metáfora de la “ciudad genérica” propuesta por Rem Koolhaas.

Analizando los espacios públicos desde la época de las Tradiciones peruanas de don Ricardo Palma, se ve la variación a lo largo de la historia. El espacio público ha servido siempre como lugar de encuentro, de mercado y como espacio de tránsito. Generalmente, en la ciudad la gente se reúne, se saluda, intercambia información sobre la propia ciudad y la sociedad. En la ciudad tenían lugar los acontecimientos importantes, como, por poner sólo algunos ejemplos, coronaciones, procesiones, fiestas y festivales, reuniones ciudadanas o ejecuciones.

La ciudad era, además, sede del mercado, el lugar donde se ofrecían e intercambiaban bienes y servicios. Finalmente, la ciudad era una vía que proporcionaba acceso y conectaba entre sí los diversos usos de la misma.

Anteriormente, cuando la mayor parte de los movimientos se realizaban a pie, las personas podían caminar cuando necesitaban ir a algún lugar, y reunirse, conversar y contemplar las vistas, al tiempo que se desplazaban por la ciudad. Los usos de ésta se llevaban a cabo simultáneamente en el mismo espacio público.

Durante el siglo XX, sin embargo, se produjeron grandes cambios en las actividades de tráfico, comercio y comunicación, que se rompió con la tradición de siglos en la forma de utilizar la ciudad.

El tráfico y el automóvil transformaron considerablemente el uso del espacio público. El tráfico no convive de un modo pacífico con el uso de la ciudad como lugar de reunión o mercado. Los usos en equilibrio durante siglos comenzaron a entrar en un claro conflicto.

En este proceso, el mercado, con su consecuente “vida en la calle”, se ha convertido en algo estrictamente controlado, con todas las actividades e interacciones humanas reguladas por guardias de seguridad.

El siglo XX ha supuesto, además, un cambio decisivo en las condiciones de uso de la ciudad como lugar de reunión e intercambio de información.

El rápido y extenso desarrollo de los medios de comunicación, electrónicos e impresos, ha hecho posible facilitar a la gente una extensa cantidad de información sobre la sociedad y el mundo en general; haciéndose innecesario el famoso pregonero de la colonia.

El papel tradicional de la ciudad como importante lugar de reunión para sus ciudadanos ha cambiado completamente.

Es importante por otro lado analizar también, como la arquitectura juega un papel importante y trascendental en el medio social, en la seguridad y la salud; siendo capaz de alterar las relaciones de poder. El propósito del arquitecto es enaltecer lo humano, y debemos recordar que lo que diseñamos es para ser vivido, y no admirado. La ciudad es para el ciudadano.


Problema

El presente tema de investigación está basado específicamente en la transformación de los espacios públicos en la ciudad de Lima.

El hombre en su proceso de crecimiento ha difuminado los límites entre ciudad y campo, entre paisaje e infraestructuras, de modo que en la actualidad podemos hablar de naturalezas artificiales del paisaje manipulado por el hombre.

Éste espacio se traduce en la ciudad como espacio público, en el cual las personas interactúan, debaten, gozan y se exponen en ésta construcción ciudadana de encuentro social, necesaria en un mundo de concreto.

Lima cuenta con un grave índice de escases de estos espacios públicos o en su defecto carece de ellos, evitando la identificación de los habitantes con su ciudad y por lo tanto de su ciudadanía.


Justificación

Considero que éste trabajo, de espacios públicos, es de suma importancia para todos nosotros como personas y ciudadanos… como habitantes de ésta ciudad.

La relación espacio-persona es fundamental, y más aún si ese espacio es de descanso, esparcimiento, y sobre todo público.

Lima crece a un nivel acelerado y como consecuencia contamos cada vez con menos espacios públicos, espacios de reunión, interacción o simplemente lugares comunes de descanso. Eso impide que nos identifiquemos como ciudadanos al no “pertenecer” o formar parte de ésta sociedad.

Debemos de comenzar a revalorar ésta función social que se presenta como una experiencia única, y no catalogarlo como un espacio sólo visible y de contemplación, sin función ni propósito. Debemos de integrarnos con el espacio y relacionarnos con el paisaje… solo así estaremos en nuestra plena facultad de ciudadanos.


Marco Referencial

Evolución de Área Metropolitana de Lima



La llamada Ciudad de los Reyes fue durante el Virreinato el centro y orgullo de España en América, es por ello que sus habitantes se encargaron de su embellecimiento con grandes casonas, catedrales y plazas. Lima también fue conocida como la "ciudad jardín" debido a la gran cantidad de parques que poseía, especialmente a principios del siglo XX.

Para ilustrar el contexto en el cual se encontraba Lima y la consecuencia en la que vivimos cito al Dr. Wiley Ludeña Urquizo en una redacción para el Diario el peruano (18 de octubre 2004):

“La ilusiva imagen de una Lima “ciudad jardín”, llena de densos jardines y chacras reverdecientes, y distante de todo páramo inhabitable, fue una construcción ideológica de la elite limeña del siglo XIX. Más que por la constatación de una realidad que nunca registraría tal cual estos atributos, ésta se generó probablemente como gesto alucinatorio en proporción exacta a la certeza objetiva de saberse parte de un desierto indomable dispuesto a engullirse a la ciudad….”

“Desde mediados del siglo XX, el desierto se le revela a Lima de dos maneras simultáneas: como tragedia urbana para cientos de miles de pobladores sin techo y como escenario banalizado por el ocio de fin de semana para un sector solvente de la sociedad limeña. Luego del emplazamiento de la pionera barriada Leticia (1932) y de las demás que se ubicaron en las pendientes de los cerros aledaños al centro de Lima, el espacio acotado para la segunda generación de invasiones de inicios de la década de 1950 sería la periferia lejana a la ciudad consolidada; es decir, los áridos arenales que rodeaban a Lima por el norte y por el sur. Barriadas como Comas (1952, en el norte) o Ciudad de Dios (1954, en el sur), si bien emblemáticas, fueron apenas el inicio de un proceso que convertiría al desierto no sólo en un último refugio vital para los miles de migrantes sin casa, sino en una auténtica hipótesis de proyecto e instrumento de construcción urbanos. En esta última instancia, el desierto aparecería también dotado de ese doble significado: para algunos, desde el poder, una especie de infierno disuasorio para expulsar –llámese “reubicar” en lenguaje oficial– a los invasores de la ciudad consolidada; y para los otros, los de abajo, una posible promesa o desafío a vencer.

La magnitud y velocidad de este proceso de urbanización precaria y acelerada del desierto resulta excepcional. Si en 1940 Lima contaba con una población cercana a los 660 mil habitantes y tenía un área aproximada de 300 kilómetros cuadrados, en 2004 la población bordea los 8 millones de habitantes y su área de ocupación es de casi 2 mil 800 kilómetros cuadrados. La conclusión es que, si descontamos el área del antiguo valle de Lima, casi las dos terceras partes del territorio metropolitano corresponden a una urbe erigida en los cerros y arenales del desierto limeño. Lima ya no es una ciudad ubicada en el valle del Rímac, ahora es una ciudad situada en el desierto: el 60% de sus habitantes y superficie pertenece a este escenario: Lima es hoy por hoy una de las metrópolis más grandes del planeta ubicada en pleno desierto.”


Desarrollo y Explicación del Problema

La vida diaria cada vez más privatizada y el enorme crecimiento de las comunicaciones hacen necesaria la vida urbana en el espacio público. Sólo ahí las personas pueden establecer un contacto directo con otras y con la sociedad a la que pertenecen, ver las cosas por sí mismas, experimentar, participar y tener un sentido de comunidad.

Vivimos en una sociedad en la que la vida diaria se desarrolla cada vez más en la esfera privada – casas privadas, automóviles privados, lugares privados de trabajo y en centros comerciales estrictamente controlados y privatizados – y no resulta difícil comprender la importancia del nuevo papel de la ciudad como espacio y foro público.

Lamentablemente Lima cuenta con un grave índice de escases de estos espacios públicos o en su defecto carece de ellos. Es necesario analizar desde sus inicios este problema, y no para erradicarlo, porque considero innecesaria la acción, sino para adaptarnos a los cambios que la sociedad ha generado y seguirá generando, y por lo tanto al cambio de las necesidades de la ciudad.

El geógrafo – urbanista Jordi Borja, afirma que “los espacios públicos se presentan como una alternativa para los sectores sociales con recursos y como la única posibilidad para los sectores pobres de la ciudad”. Coincido con ésta afirmación que explica la situación actual de los espacios públicos en Lima, que se han vuelto una limitante para el acceso a la población de menores recursos, siendo excluidos por motivo de privatizaciones, exceso de control o simplemente por discriminación.

¿Cuáles son los espacios públicos limeños?, ¿Dónde podemos afirmar nuestra ciudadanía?, ¿En qué espacios podemos identificarnos como limeños?, ¿Qué lugares facilitan nuestro encuentro y además permite practicar la tolerancia con habitantes de la ciudad distintos a nosotros?


EJEMPLOS

1. Como primer ejemplo podemos mencionar El Parque de la Exposición y el Parque de la reserva. El primero ha experimentado una renovación importante, más allá de las críticas, es un espacio muy concurrido por la población. El Parque de la reserva es otro lugar de encuentro tradicional, aunque su actual renovación haya restringido parcialmente su utilización.

2. Otro espacio importante para nosotros, los limeños, son las playas de la Costa Verde. Es uno de los espacios públicos en donde el “limeño contemporáneo” se siente identificado. EL error en éstos espacios se origina al comenzar a privatizar terrenos públicos de gozo ciudadano, áreas comunes que no se deberían utilizar para el comercio, sólo como…. playa….

3. Vemos una concurrencia considerable de población de diversos distritos en los parques de Miraflores, parque Kennedy y el parque de Barranco. Los ciudadanos eligen estos lugares como espacios de recreación, encuentro o actividades artísticas. Un tema que no se puede desligar de este tipo de espacios es la tematización y el “espectáculo” que se le dan a los espacios púbicos…

4. Entre otros espacios significativos, aunque a una escala mayor, distrital, podemos referirnos a la Plaza Bolívar en Pueblo Libre, El parque Ramón Castilla y la Plaza Ruiz Gallo en Lince o el propio Olivar de San Isidro y el parque Reducto de Miraflores.


Sin embargo, nosotros, no llegamos a entender la importancia de proteger y valorizar los espacios públicos como espacios ciudadanos. Es cierto que el excesivo control impide cierta relación con el espacio, y los habitantes suelen reclamarle a los serenos y al personal de limpieza por el sostenimiento de la ciudad, pero también solemos olvidarnos de nuestra responsabilidad en el mantenimiento de un espacio que al fin y al cabo… es de todos.

Otro problema que se origina es la ocupación altamente densificada de los pocos espacios que hay. Los espacios se encuentran aislados y sin buenas conexiones peatonales, sino más pensadas para un flujo vehicular, originando escenarios restringidos y en algunos casos densamente ocupados. “Las ciudades tienen que ser equilibradas, y se tiene que poder acceder a pie a todas partes” Jan Gehl.

Nos urge recuperar los espacios públicos, espacial y vivencialmente, en la ciudad. La ausencia de éstas genera la segregación cultural, las tensiones y los conflictos sociales que todos conocemos y que se pueden agudizar si no hacemos algo al respecto.


Hipótesis

Yo creo que tratar de utilizar los espacios públicos de “cierta manera” o tratar de interactuar de la misma forma en la que se dio años atrás es absurdo e ilógico.

Las sociedades cambian, mutan… y con esto sus necesidades también. Se ha llegado a una superposición increíble de funciones en un mismo territorio, lo que ocasiona una complejidad en las experiencias vivenciales del espacio. Jugar sin remordimiento, tirarse en el césped y desenvolverse libremente en un espacio no tan controlado ni enrejado depende de nosotros mismos, de nuestra cultura y nuestro nivel de compromiso con dichos espacios que a fin de cuenta nos pertenecen y como propiedad debemos de cuidarlos.

La ciudad de Lima se está transformando como resultado de una serie de fenómenos: sociales, culturales y tecnológicos, densificándose rápidamente y a un costo elevado, como es la “pérdida de los espacios públicos”. Espacios que cumplen funciones urbanísticas, políticas y socioculturales. Espacios de vida social y relación entre arquitecturas. Espacios de conexión, continuidad, identidad y monumentalidad. Espacios accesibles, que sirven para poblaciones diversas y en tiempos diversos.

Como ciudadanos debemos de recuperar estos “espacios de identidad”, personales y colectivos, ver con otros ojos la ciudad y redescubrir nuestra diversidad como sociedad y como país, para así lograr una adecuada integración ciudadana.

O.Vera Piazzini

Comentarios

  1. En un cuso de planeamiento urbano tuve una clase de la 'privatización de los espacios públicos' la cual trató exactamente sobre este articulo, sinceramente me indigna que organizaciones privadas o hasta el mismo gobierno esté por delante de estos 'espacios públicos' cobrando por su uso, Nuestra Lima crece a un nivel acelerado y como consecuencia contamos cada vez con menos espacios públicos, espacios de reunión, interacción o simplemente lugares comunes de descanso.
    Eso impide que nos identifiquemos como ciudadanos al no “pertenecer” o formar parte de ésta sociedad. Por consecuente para estar estar en nuestra plena facultad como ciudadanos, debemos exigir de estos espacios que nos pertenecen y no solo observarlos y contemplarlos como esculturas, sino vivir el espacio, integrarnos a él, y tener una relación con la naturaleza, porque la relación espacio-persona es fundamental en la vida de una persona, y más aún si ese espacio es de descanso, esparcimiento, y sobre todo público, ya que la ciudad es diseñada para el ciudadano en particular y no para algo general aunque incomode a sus habitantes.

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  2. Pienso que tal vez hoy en dia ya no se puede hablar de Espacios Públicos porque dichos espacios en una sociedad tan demacrada como la nuestra no existen.. son simplemente una utopía de todo urbanista. En u espacio publico uno debería ser capaz de pensar libremente sin ataduras, uno podria expresarse libremente sin sentirse oprimido por el común dela gente o por el reglamente de dichos espacios. y esto es lo que sucede los espacios publicos no son libres, sino mas bien nos limitan en una forma de pensar y no nos dejan liberar ese espíritu de libertad que llevamos dentro.

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  3. Considero que el sentido de integración entre la ciudad y el ciudadano se va desvaneciendo con el pasar del tiempo. La privatización de los espacios dentro de la ciudad, analógicamente se ha convertido en un virus; que en un comienzo era pasivo; sin embargo ahora se direcciona a ser letal. Es decir, que los espacios privados empiezan a desintegrar la ciudad, empiezan a dividirla, la condicionan; y hacen además,que los espacios públicos; espacios que por derecho al ciudadano le pertenecen, se compriman en sí mismos. En tal manera, al ciudadano lo único que le queda, es el participar indirectamente formalizando espacios privados; es allí cuando creemos que la ciudad se desarrolla cada vez más; sin embargo hemos de saber literalmente, que solo genera su propia destrucción.

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  4. vemos a la cuidad de lima de antes y una cuidad de lima de ahora, se dice que lima de antes era una cuidad de tranquilidad y unido, ahora vemos a una cuidad convertida con sus cuidades dentro de cuidades, coo es esto lima, cada dia se va privatisando vemos mini cuidades dentro de lima, haciendo q lima cada vez cresca para arriba y conciente o inconsientemete. es por eso que se dice que lima ya no e la cuidad con sus jardines si no la cuidad con rejas, por que por donde vamos vemos ciudades dentro de otras cuidades. donde las personas con bajos recursos economicos no son paricipes de estas nueva cuidades, imaginemonos como se vera lima dentro de unos cuantos años mas, pues de mas esta decir que se veran con mas rejas de las que ya hay ahora, y cual es la solucion?? creo q la pregunta queda en el aire

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  5. Formar y ser parte de la ciudad es lo que queremos como habitantes de determinado lugar pero, como lograrlo si, con el paso del tiempo la privatización de los Espacios Públicos dentro de la ciudad ha aumentado en tal manera, que ahora decir que existen tales Espacios sería una utopía; la relación que debería existir entre ciudadano y ciudad ha desaparecido...las sociedades cambian y con esto las necesidades del hombre también...es por esto que la privatización trae como consecuencias la desaparición de espacios públicos, problema sociales, culturales y todos estos se unen y dan como resultado la Lima actual, con una alta densidad por los pocos espacios que hay, es decir no es la ciudad un lugar para poder recorrerla, disfrutarla y admirarla?...en consecuencia solo resta adaptarse a la manera actual, y lo hacemos ya sea de una manera directa o indirectamente….

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  6. para mejorar la infraestructura de nuestra ciudad con respecto a los espacios públicos debemos en primer lugar estudiar y analizar el comportamiento y la práctica de valores de la comunidad e intervenir en ella según el resultado. porque para crear o brindar espacios públicos creo yo que primero debemos educar a nuestra sociedad... entonces digo que una de las causas de la falta de espacios públicos es porque nuestra sociedad no da de sí lo necesario para obtener dichos espacios. En efecto el siguiente problema es que si existen estos espacios "públicos" son generalmente privados para la población o personas de menores recursos, siendo excluidos por motivo de privatizaciones, exceso de control o simplemente por discriminación.
    Lamentablemente Lima cuenta con un grave índice de escasees de estos espacios públicos o en su defecto carece de ellos. Es necesario analizar desde sus inicios este problema, y no para erradicarlo, porque considero innecesaria la acción, sino para adaptarnos a los cambios que la sociedad ha generado y seguirá generando, y por lo tanto al cambio de las necesidades de la ciudad.

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  7. Por una simplicidad, no se puede por en tapete las costumbres que cada día hoy se desempeña en la ciudad, la religión, la economía como otros son aspectos que siempre van a estar ligado a como se va transformando la ciudad, es por eso que en muchos lugares donde viajamos o simple andamos, consideramos aquel espacio como algo fuera de nosotros “como lo privado, lo enrejado, lo estatal o bienes públicos, que sentimos que no somos parte de eso” ¿Por qué a eso?. Es acaso la realidad de nosotros, o la quieren imponernos como una manera de usar las calles y espacios públicos, Pues es la obligación del ciudadano reclamar esas áreas que son libres para el uso como de desarrollo público y un ambiente social. Y que como futuros Arquitectos considerar la utilización de los espacios que debe ser enaltecer lo humano, y considera que los diseñamos es para ser vivido.

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